[:es]Extraer dinero de un cajero automático es un gesto común en nuestro día a día. Pero, ¿te imaginas acudir a uno para recoger la medicación? Pues esta opción ya es una realidad en países de Sudáfrica, donde más de 10.000 pacientes, en su mayoría enfermos crónicos que necesitan fármacos regularmente, hacen uso de esta innovación para evitar colas.
Un método que no dista demasiado de un cajero bancario al uso. El usuario cuenta con una tarjeta donde, previo registro en el sistema y aprobación de su clínica, tiene cargadas las recetas. Con esta ficha acude a las PDU (Unidad de Dispensación Farmacéutica, siglas en inglés), unas máquinas que disponen de una pantalla con botones, un escáner de tarjetas, un buzón para recoger los fármacos y, al otro lado, un brazo robótico y un centro de asistencia remota para que el usuario pueda conversar con un farmacéutico si lo necesita.
El proyecto, ideado por la compañía sudafricana Right ePharmacy y apoyado por la ONG Right to Care, en colaboración con autoridades sanitarias gubernamentales, se remonta a 2010. No obstante, la primera PDU en fase piloto no se instaló hasta 2017 en Alexandra (Johannesburgo), a las que este año se han incorporado dos más, situadas en Soweto y Diepsloot, también en Johannesburgo.
Una innovación tecnológica ideada, especialmente, para aquellos pacientes con patologías crónicas como VIH, diabetes e hipertensión, pero que podría expandirse muy pronto a otras enfermedades.
¿Llegara a implantarse el “cajero farmacéutico” en España? Actualmente, lo más parecido que existe en nuestro país, se encuentra en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, que implantó en 2013 un servicio de dispensación electrónica, similar al de un cajero automático, para los pacientes con patologías crónicas, que está destinado exclusivamente para recoger fármacos de uso hospitalario que no estén disponibles en la oficina de farmacia.
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