[:es]Por primera vez en la historia, en 2018 las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco años en todo el mundo. Y además se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.
Este envejecimiento de la población hará que aumente el número de personas con afecciones crónicas a largo plazo, lo que a su vez repercutirá en una mayor inversión en infraestructura, tecnología médica y personal médico.
Con ese contexto en mente, de cara a este año, la consultora Deloitte ha detectado en el “Informe 2020 global healthcare Outlook” los principales desafíos a los que se enfrenta el sector de la salud en los próximos meses:
- Operaciones financieras y mejora del rendimiento. Los sistemas de salud están aumentando los recursos para lograr alcanzar la sostenibilidad financiera reduciendo los costes de entrega de los medicamentos o tratamientos y, a su vez, mejorando la calidad del cuidado de los pacientes.
- Innovación modelo de atención. Las nuevas tecnologías están cambiando los sistemas de salud. Así el sistema tradicional avanzará para incorporar innovaciones que cambiarán la relación entre los profesionales y los pacientes dando como resultado una mejora en la calidad del servicio al paciente.
- Transformación digital e interoperabilidad. Los avances exponenciales e interoperabilidad en tecnologías digitales están ayudando a los médicos a compartir datos y posibilitar el intercambio de información y conocimiento entre ellos. De esta manera, los servicios médicos ofrecidos serán más personalizados y adaptados a las necesidades y circunstancias que requiera cada caso.
- Cambio en el perfil del trabajador. El envejecimiento de la población y la escasez de clínicos calificados (derivada también de la reducción de población joven) están modificando el futuro del trabajo en la asistencia sanitaria y provocando que aumente la importancia del abastecimiento, la capacitación y retención de trabajadores cualificados.
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