[:es]Innovación para reducir los errores en oncología pediátrica [:]

[:es]Cada año son diagnosticados de cáncer más de 300.000 niños en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre los pacientes con esta patología, la tasa de supervivencia se encuentra cercana al 20% en aquellos países con ingresos bajos mientras que la curación de la enfermedad supera el 80% en las naciones más desarrolladas. En este sentido, el objetivo de la OMS es lograr, al menos, el 60% de supervivencia para todos los niños diagnosticados de cáncer en todo el mundo de aquí al año 2030.

La apuesta por la innovación es clave para lograr esta meta. Desde Lug HT tenemos claro que su implantación aumentaría la eficacia y la calidad de los tratamientos de oncología pediátrica.

Así lo ponía de manifiesto un estudio estadounidense realizado en 2013 que determina que la tasa de errores disminuye en un 50% tras la implantación de programas de vigilancia en la prescripción y administración de quimioterapia en niños.

En la misma línea, un informe de 2017 afirma que el porcentaje de errores que alcanzaron al paciente se redujo de un 3,8% a un 1,9% tras la implementación de innovación, lo que pone de manifiesto la importancia de adoptar soluciones tecnológicas para optimizar las prácticas en los tratamientos destinados a la población infantil que padece esta patología.

De hecho, los errores de medicación en pacientes pediátricos son más frecuentes que en adultos, donde la tasa de incidencia se sitúa en un 17%, según datos del Ministerio de Sanidad. Pero, además, el riesgo de que estas equivocaciones tengan efectos adversos es hasta tres veces mayor en el caso de los más pequeños, siendo los niños menores de 4-5 años y, en particular, los neonatos quienes presentan una mayor tasa de prevalencia, según el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos ISMP-España.

Las incidencias en oncología pediátrica ocurren en todas las etapas, aunque la mayoría de los estudios detectan un mayor porcentaje en las fases de la prescripción y la administración. En concreto, las equivocaciones más comunes son aquellas derivadas del uso de dosis inadecuadas (22,9%), la gestión de los tiempos (22,6%), los errores de omisión (14,1%) y una incorrecta administración de los medicamentos (12,4%).

A ello se suma que la posibilidad de negligencia puede aumentar cuando la quimioterapia se realiza por vía oral. Esto es debido a que en la etapa de administración gran parte de los fármacos no están disponibles en formato líquido y las pastillas, al ser cortadas o machacadas en jarabes, son más susceptibles de ser rechazadas por vómitos.

De esta manera, desde nuestra compañía apostamos por el uso de metodologías basadas en la automatización para reducir el riesgo de incidencias en todos los procesos destinos al paciente. La utilización de herramientas tecnológicas mejoraría la trazabilidad y el control de los fármacos, evitaría la repetición de ciclos y, en consecuencia, aumentaría la calidad, seguridad y eficacia de los tratamientos dirigidos a los pacientes de oncología pediátrica.[:]

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